martes, 14 de agosto de 2012


Confucio.
“Simplemente me preocupa que el mundo se empeñe en ser tan ignorante”
 Nació durante el siglo VI a.C. en el año 551 en la denominada ciudad de Lu, era hijo de Kong Shuliang Ho, y de una joven, la cual solo se conoce que provenía de la familia Yan.
 El nombre completo de Confucio era Kong Qiu y al estar establecido como maestro pasó a ser conocido como Kong Fuzi. Confucio quedó huérfano a los tres años tras la muerte de su padre y quedando en total pobreza.
 Por sí mismo y con ayuda de gente ajena a él, salió adelante, a los 19 años se casó con una joven, que le dio pronto dos hijos.
 Siendo muy joven, observaba lo que acontecía en su ciudad natal, por tal caso, ingresó en la administración del Estado de  Lu, comenzando con un pequeño puesto de contable, ascendió pronto a guardia de los graneros y posteriormente como funcionario de distrito. Pero el trabajo que le dio la altura y encumbramiento llegó cuando fue nombrado ministro de Obras Publicas y poco después, tras su excelente ejecución asciende a ministro de Justicia. Tras esto, Confucio obtuvo la esperanza de realizar un amplio proyecto que tenía en mente.
 China vivía entonces el periodo llamado “Primaveras y Otoños” regida por el declive de la dinastía Zhou, la cual era acosada por grupos tribales de la región, eso traía consigo constantes guerras que terminaban con grandes familias feudales.
 Testigo del colapso, Confucio se dio  la tarea de organizar de nuevo a la sociedad, propugnando ideas sobre regresar a una antigua época en donde se veían con claridad los orígenes de la dinastía Zhou, y se tenía bastante importancia hacia los ritos. Su idea era mantener las culturas ancestrales que habían formado a toda China.
 La esencia de sus enseñanzas se basaba en la buena conducta de la humanidad, el buen gobierno, caridad, honestidad, respeto de la ley, las tradiciones y  la meditación. Su objetivo principal era el respeto  a los mayores y antepasados, así, si el príncipe es generoso, los súbditos no serán deshonestos, si el marido es correcto, la esposa corresponderá bien, si el padre es virtuoso, el hijo seguirá su ejemplo. En su apego por seguir las antiguas tradiciones y rituales, en una ocasión en que acudió como embajador con el príncipe del estado vecino,  se vio en la necesidad de obligar al heredero a correr a sus tropas, puesto que Confucio las veía de mal forma, como unos completos barbaros, y eso traía mal agüero con los espíritus.
 Las exigencias morales de Confucio trajo consigo una figura incomoda ante el gobierno, por eso, el estado de Lu no opto por tomar estas iniciativas ni adoptar las medidas de sabio, por lo tanto se dieron cuenta que tenía que marcharse al tener iniciativas erróneas para ellos.
 A los 54 años, el filósofo dejo Lu, para viajar de un estado a otro con los discípulos que había obtenido tras su buena integridad, diplomacia y excelente formación, se ha pensado que su objetivo era formar su propio gobierno para seguir ahí el camino de la virtud.
 Confucio valoraba mucho las pláticas con sus seguidores, los cuales era desde hijos de militares importantes hasta artesanos y delincuentes, todo ello no le importaba, solo veía en ellos su corazón y decía que no era noble aquel que nacía en la nobleza, sino el que demostraba tener una conducta moral intachable. La relación de Confucio con sus discípulos fue muy estrecha, pero sobre todo con un joven de nombre Yab Hui; su temprana muerte trajo un gran desconsuelo al maestro.
 El sabio Kong regresó a su casa cuando tenía 68 años, allí siguió enseñando a sus discípulos el camino del bien. No dejo ninguna obra escrita, solo se tienen en cuenta las Analectas, escritos de conversaciones con sus alumnos, basadas en toda su filosofía moral, que fueron recogidas por generaciones de discípulos que siguieron con las obras y beneficios de Confucio.
 En el año de 479 a.C. muere a los 73 años. Pero dejó el importante legado del Confucianismo, que fue la religión oficial de China hasta el siglo VII.


No hay comentarios:

Publicar un comentario